Preparándonos en la Navidad

Nuevamente estamos en espera de la Navidad, esa fecha que para creyentes o no creyentes significa algo especial, sin importar raza, filiación política, todos se sienten raptados por el espíritu que flota en el ambiente.

Para nosotros, creyentes, es la fecha que marca el inicio de nuestra redención, de nuestra re-filiación con nuestro Padre, con nuestro Creador, con nuestro Dios, todo a través del inmenso amor que Jesús nos tiene, y la bondad y misericordia infinitas del Padre que nos lo envía, con la anuencia y participación total del Espíritu Santo.  Sin embargo quiere nacer en este mundo, pero quiere nacer para hacer que su nacimiento se repita en cada miembro de la familia humana, quiere que cada uno de nosotros se convierta en su lugar de acción, nos trae inmensos bienes del cielo, inmensas gracias, nos quiere con Él, nos quiere asociar a su vida, a su obra, quiere darnos nuevamente la imagen y semejanza con que fuimos creados, imagen y semejanza de Él.  No quiere que recordemos su nacimiento, quiere que lo hagamos una realidad personal, que lo hagamos vida.  No quiere hacerlo una vez al año, quiere estar en continuo acto de nacer en cada instante en nosotros, para darle vida y crecimiento, y esto se logra en plenitud en la Divina Voluntad.